Representantes del grupo de ejidatarios de Ucú inconformes con su actual directiva se reunieron ayer con la delegada de la Procuraduría Agraria (PA), Rita Candelaria Chuil Gómez, para pedirle explicaciones por el proceder de esa dependencia que el domingo, por tercera ocasión, impidió la celebración de la asamblea.
El fin de ésta era solicitar la remoción del comisario Erick Martín Dzul Matú.
La funcionaria respondió que la dependencia actuó “conforme a derecho” y dijo que se abstuvo de atestiguar la celebración de esa asamblea porque así lo indicaba el amparo que obtuvo el comisario ejidal.
Como hemos informado, Felipe Quintal Dzul, cabeza de los ejidatarios inconformes —aunque él no asistió ayer a la Procuraduría—, ha pedido a esa dependencia en tres ocasiones que convoque a una asamblea del ejido, ante la negativa del comisario para hacerlo, a fin de considerar la remoción de Dzul Matú.
A este último lo acusan de ser “tapadera” del anterior comisario, Géner Pech Flores, señalado a su vez por vender cientos de hectáreas a espaldas del ejido.
La PA convocó a tres asambleas, pero Dzul Matú se amparó en cada una de ellas y, aunque los seguidores de Quintal Dzul consideran que esos amparos no prohíben la celebración de la asamblea, para la PA sí lo hacen.
Los dos primeros amparos los concedió una juez de Yucatán y el último fue uno de Campeche, como informamos el domingo, pero lo hizo por tratarse de “una urgencia” y turnó el caso a un juez de Yucatán.
De acuerdo con Hanzel Ortiz, de la “Asociación Efraín Calderón Lara” que asesora a los inconformes, el próximo 23 de octubre se llevará la audiencia constitucional para conocer el caso, en la cual el juez deberá decidir si concede el amparo en forma definitiva.
“Vamos a esperar esa resolución”, dice Ortiz, “pero al mismo tiempo estamos preparando otras acciones legales para impedir que las autoridades sigan atropellando los derechos de los ejidatarios”, manifestó.
A las oficinas de la PA asistieron también Dzul Matú y varios de sus seguidores, quienes acudieron a agradecer a la delegada su intervención en el caso.
Cuando se toparon, los integrantes de ambos grupos incurrieron en empujones, gritos y jaloneos, que no pasaron a más.
