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Poco más de 180 reporteros, fotógrafos y camarógrafos solicitaron participar en la conferencia de prensa mañanera de ayer del presidente “Cabecita de Algodón”, pero una depuración de la lista dejó la cifra en poco más de 60.

Los organizadores de la “mañanera” fletaron dos autobuses a la línea camionera Cámara Bus Tours, pero uno no se llenó y el otro de plano no tuvo ocupantes porque fueron menos periodistas de lo que esperaban.

Como siempre, Presidencia no mezcló a reporteros locales con nacionales porque éstos llegaron a bordo de dos camionetas turísticas, que también utilizaron para la cobertura de la gira del Presidente por Izamal y Acanceh.

Si la planeación en el transporte de los periodistas fue mala, el horario fue peor y el lugar poco indicado porque el ensordecedor zumbido de los aviones que despegaron de la pista del aeropuerto de Mérida fueron constantes durante la hora con 25 minutos que duró la rueda de prensa.

Los convocantes del gobierno federal citaron a los reporteros a las 4 de la mañana en el parque de La Mejorada, de la calle 50 con 59, a pesar de que el trayecto era corto y el Presidente iniciaría su “mañanera” a las 7 horas, como acostumbra.

Por lo tanto todos los convocados llegaron de manera puntual al parque y tras una espera de media hora, el autobús salió rumbo a la Base Aérea Mexicana (BAM) No. 8, donde llegó a las 5:13 de la mañana, de modo que hubo que esperar varios minutos dentro del vehículo hasta que hubo la orden de bajar.

Los militares instalaron dos toldos con sillas en un espacio del estacionamiento y como carecía de electricidad lo alumbraron con faros de dos vehículos, hasta que trajeron una planta portátil.

Colocaron tasas para café, pero no hubo esa bebida.

Optaron por repartir refrescos de cola y pastelitos de jamón y queso, y galletas. Los reporteros, locales y nacionales, esperaron pacientes la llegada de López Obrador a la base militar, y a las 6:02 de la mañana se informó del ingresó de la camioneta de lujo que lo transportó de su hotel a la BAM.

El Presidente tuvo breve demora a su llegada porque a las puertas de la BAM lo esperaron 42 profesores que exigen su base como asesor técnico pedagógico (ATP) en virtud de que quedaron al aire con la anulación de la reforma educativa y la aprobación de las leyes secundarias de educación.

López Obrador escuchó las peticiones, recibió documentos y ofreció que atendería este caso de los docentes, pero los manifestantes se quedaron a las puertas de la BAM otros 45 minutos. Al rato se sumaron 10 maestros de telebachillerato liderados por Ruby Capistrán Arroyo, que demandan su reinstalación, y luego se le agregaron seis médicos de la Secretaría de Salud que querían entregar un escrito al Presidente.

La concentración de gente motivó una movilización de policías estatales como prevención, pero no fue necesaria la intervención porque gradualmente se retiraron los inconformes.

En alguna parte de las instalaciones militares se reunió el gabinete de seguridad con el Presidente y con el gobernador Mauricio Vila Dosal, y a las 6:53 llegaron al hangar donde se montó el estrado para la rueda de prensa mañanera.

Llamó la atención que en esta ocasión el color de la mampara sea verde en lugar del color vino que es idéntico al del partido Morena.

Primero habló el Presidente sobre la reunión de seguridad, luego el gobernador rindió un informe de la estrategia de seguridad y los lugares que ocupa Yucatán para tener la calificación de estado seguro, y luego intervino el secretario de la Defensa Nacional, general de División Luis Crescencio Sandoval González, quien elogió a la policía yucateca y destacó que entre todas las fuerzas de seguridad son casi 8,000 elementos en Yucatán, lo que rebasa la media nacional que establece que debería de tener 300 policías por cada 100,000 habitantes, pero sumando a todas las fuerzas cuenta con 476, que es superávit de 58%.

Vila Dosal reconoció que Yucatán aún tiene riesgos en el robo a casa habitación, narcomenudeo, pesca furtiva y el ingreso de delincuentes por la frontera de Quintana Roo y Campeche.

Luego de las intervenciones, el presidente permitió preguntas de los reporteros.

Uno de un medio nacional y uno de uno local alternados, pero no dio oportunidad a todos los que levantaron la mano para formular algún cuestionamiento.