El año inició de la peor manera para una cachorrita de cuatro meses. El segundo día de 2018, una mujer de Cali, Colombia, caminaba hacia el trabajo cuando encontró a una perrita que aparentemente caminaba con dificultad.

La observó avanzar unos cuantos pasos cuando no pudo más y se desplomó. El pequeño animal sangraba por la boca y el ano.

“Yo la vi pasar y tenía unas amarras en la parte trasera y en el cuellito, yo me acerqué a quitárselas y vi que en la boca tenía sangre, empecé a revisarla y cuando le levanté la colita no supe qué hacer, sólo la cargué y la llevamos a la primera veterinaria que yo conocía”, contó Mary Jiménez, la mujer que salvó la vida a “Lupita”, como bautizaron a la cachorrita.

De acuerdo con el sitio Infobae, los médicos veterinarios confirmaron que la perra había sido víctima de abuso sexual; le destrozaron el conducto de la uretra con un objeto punzocortante que además le generó graves lesiones en las paredes de la vagina.

El caso fue difundido en redes sociales y causó indignación entre la población, principalmente en asociaciones y grupos de Colombia dedicados a la defensa de los derechos de los animales; exigieron justicia y se expresaron en Twitter a través del hashtag #LupitaEstamosContigo.

Este jueves 4 de enero, Lupita fue sometida a una cirugía de reubicación del canal de la uretra y reconstrucción de vagina que -afortunadamente- resultó exitosa.

“Llegó con sus partes íntimas destrozadas, no solo laceradas. La uretra fue desprendida y las paredes de la vagina están laceradas. Es por ello que con las cirugías se busca, sobre todo, acomodar la uretra de nuevo” declaró el médico veterinario Piedrahita al diario local El Tiempo.