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De nueva cuenta el tramo federal Kinchil-Celestún registró otro incidente pero este fue catalogado con “suerte”, vea usted por qué:

El relajo tuvo lugar la mañana de ayer, cuando el chófer del autobús de pasaje montó la línea divisora de carriles, hecho suficiente para colisionar su retrovisor con una mole de acero con placas federales 30AFX8.

Las pérdidas fueron meramente materiales en ambas unidades, pues tronaron los espejos de los camiones.

Incluso el panorámico del camión que provenía de Celestún con destino a Mérida tuvo una fisura.

Al kilómetro 51+500, lugar del hecho se hicieron cargo agentes de la Policía Municipal en espera de la Policía Federal, pues ni uno de los conductores quería aceptar su culpa.

El joven conductor del tractocamión que transportaba alimento hacia una granja porcícola dijo que el ruletero se abrió demasiado, montando la línea amarilla, suficiente para chocar los espejos.