Era un soleado día de verano y la joven Marta se preparaba para una excursion al bosque con su instituto.
En el autobús, notó una extraña presencia, como si alguien la observara, pero no le dio importancia. Cuando llegaron a la cabaña, las luces empezaron a parpadear rítmicamente y ese día lo pasaron a oscuras con las luces apagadas.
Marta le decía a su amiga: “Esto es una mierda, estamos en la oscuridad, me pican los bichos y siento una presencia extraña”.
Y le contestaban: “Seguro solo es el cansancio”.
Al día siguiente Marta recibió un mensaje que decía: “Cuidado con las criaturas del bosque”.
Pensó que era solo una broma y preparó su mochila para la excursión. En el camino recibió otro mensaje:
“No te alejes del grupo o te atraparé”.
Comenzó a asustarse, pero siguió adelante, intentando no separarse del monitor, cuando de repente se tropezó con un tronco y cayó.
Se quejó en voz alta y se miró la rodilla para comprobar que estaba bien y así era, no tenía más que un rasguño.
Miró a su alrededor y observó que no había nadie, se había separado del grupo y recordó el mensaje del móvil. De repente la invadió el miedo y corrió entre los árboles hasta que recibió de nuevo otro mensaje, tenía miedo de abrirlo pero se armó de valor y lo abrió y decía:
“Pagarás caro el haberte separado de los demás”.
Después de leer el mensaje Marta se mareó y empezó a gritar, estaba temblando y dos lagrimas corrían por su mejilla. De repente un lobo se le lanzó al cuello y la mató, fue una muerte dolorosa. Tras ello sonó el movil otra vez y en el nuevo mensaje decía: “Ya te tengo”.
