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Bárbara Jeanne Grimes y Patricia Kathlene Grimes habían nacido el 5 de mayo de 1941 y el 31 de diciembre de 1943, respectivamente, sus padres eran Joseph Cornelius Grimes y Lorretta Marcella Hayes Grimes. Se habían casado muy jóvenes, un 21 de julio de 1924, cuando Joseph —quien era diez meses más joven que Lorretta— sólo tenía 17 años. Él era camionero y ella trabajaba como archivadora en una compañía farmacéutica.

Sus primeros hijos fueron Shirley; nacida en 1926 y Leona, en 1928. Llegarían a tener siete, antes de divorciarse. Joseph volvió a casarse el 18 de agosto de 1956. Su segunda esposa se llamaba Grace Wrage Grimes.

Aquel viernes 28 de diciembre de 1956, Lorretta esperaba que sus hijas volvieran a casa sobre las doce menos cuarto de la noche. Pero Bárbara y Patricia se retrasaban, así que Lorretta dijo a su hija Theresa, de diecisiete años, y a Joey, su hijo de 14, que fueran a esperarlas a la parada del autobús.

Llegaron tres autobuses y las niñas no aparecían, así que los dos hermanos volvieron a casa a eso de las 12:30, tras comunicar la desaparición al oficial de policía Herman Steinberg. A las dos y cinco de la mañana, la señora Grimes llamó por teléfono a la policía para reiterar la denuncia.

La desaparición ocasionó una de las mayores operaciones de búsqueda de la historia de Chicago. Pero la policía fue no pudo determinar el paradero de las hermanas Grimes. El 19 de enero de 1957, el propio Elvis Presley hizo un llamamiento a las niñas: “Si son buenas fans mías, vuelvan a casa para que su madre deje de preocuparse”, dijo “El rey”. El 22 de enero de 1957 la nieve se había derretido y había llovido. Un trabajador de la construcción llamado Leonard Prescott encontró los cuerpos desnudos de las hermanas Grimes tras un guardarrail del German Church Road, en Willow Springs. Bárbara estaba tendida sobre su lado izquierdo con las piernas ligeramente flexionadas hacia el cuerpo. Patricia yacía sobre la cabeza de su hermana, de espaldas, con la cabeza torcida hacia la derecha.

La autopsia, realizada por expertos forenses, se ganó muchas críticas. Debido al contenido del estómago, se determinó que las niñas murieron el 28 de diciembre, el mismo día de su desaparición, y que la causa de la muerte fue el shock producido por la exposición a bajas temperaturas, conclusión a la que se llegó por un proceso de exclusión.