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Podría parecer una expresión aventurada, pero David Mier y Terán Cuevas lo tiene claro: va con todo en busca de su sexta participación en Juegos Olímpicos.

“Tokio está a la vista”, dijo Mier y Terán Cuevas, un día después de sellar su pasaporte a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Será su sexta participación en esta justa continental y, como en las tres ediciones anteriores, planea subirse al podio.

Allí, buscará el oro. Y el oro da boleto a Juegos Olímpicos. Si lo logra, también será su sexto viaje a la justa deportiva más famosa y concurrida del planeta.

“Tengo toda la intención y la mentalidad y decisión para lograr el boleto para los Juegos Olímpicos de Tokio. No sé si otro mexicano ha ido seis veces a Juegos Panamericanos. Y si alguien de nuestro país haya ido seis veces a Juegos Olímpicos. Pero lo intentaré”, expresó el “Africano”, durante una charla ayer lunes en el IDEY, ante medios de comunicación, acompañado por el director del instituto, Carlos Sáenz Castillo, y la directora de Alto Rendimiento, Astrid Novelo Rosas.

David Mauricio Mier y Terán Cuevas, ingeniero industrial de profesión y velerista por amor al arte (“y de por vida”), ganó apenas el domingo el selectivo mexicano para los Juegos de Lima, en una titánica reacción ante jóvenes promesas mexicanas que hicieron al experimentado velerista sacar todo, especialmente en la segunda mitad de la competencia porque los vientos cambiaron y el olímpico pudo remontar.

“Si no, no iba a ganar. Me ayudó la experiencia, claro, pero también me ayudaron mucho los vientos. Y tener de cerca a un gran compañero yucateco como es Cristóbal (Hagerman Haro). Honestamente, si no lo hubiera tenido de cerca, no creo que le diera la vuelta a las posiciones”, indicó.

Y el tablero de puntuaciones así lo registra: David ganó las regatas de la novena a la duodécima para terminar batiendo en una muy cerrada pelea a Ignacio Berenguer, de Quintana Roo, quien fue segundo en las últimas cuatro, ganadas por Mier y Terán. Hagerman Haro fue tercero, con un papel muy fuerte. Como dice el clasificado a Lima, “es un talentoso velerista, que se irá puliendo poco a poco”.

¿Tu relevo en la vela?

“Evidentemente sí. Tiene mucho talento. Y entreno con él muy fuerte. No soy su entrenador, solamente trato de ayudarle en lo que pueda y estamos juntos aquí en aguas yucatecas”.

David no tenía muy claros sus alcances tras la desfortuna de competir en la Copa Mundial de Miami hace unas semanas. “Me fue mal, muy mal, como nunca me había ido. Y había cosas que no tenía muy claras. El equipo técnico distinto, las condiciones. Pero me puse a meditar, a analizar matemáticamente muchas cosas y pues aquí estamos”.

El boleto a Lima lo selló en casa. Yucalpetén le trajo muchísimos recuerdos porque fue en aguas yucatecas, en Progreso, donde logró, para estas fechas de 1999, su primera clasificación a unos Panamericanos, los de Winnipeg, Canadá. “Cuando bajé del podio me vino a la mente eso. Parece que fue ayer”.

Ahora, todo se enfoca a prepararse para llegar a Lima lo mejor posible.

“Siempre he contado con apoyo del IDEY y ahora no tenemos un plan, pero agradecemos todo lo que han hecho y lo que harán por el deporte. Sé que cuento con su apoyo”, destacó el velerista.

Habrá muchos obstáculos en el camino a Lima, y luego, en la ruta que lleve a Tokio. “Pero sabes… Hay David Mier para rato. No sé si soy histórico como dicen, sólo creo que hago mi mayor esfuerzo y eso tiene recompensas muy grandes”.

Pensar en obstáculos, y tratar de vencerlos, forja el carácter y hace que sea más durable la batería de cualquier hombre.

“No sé si estos Panamericanos sean mis últimos. Sólo sé que me siento feliz y quiero seguir veleando por siempre, toda la vida”.