Un expolicía causó terror al norte del país en los años 90; “El Caníbal de Chihuahua” era un asesino y devorador de niños
Como si tratara de una película de terror, hubo un caso en donde un verdadero monstruo rondaba por la capital de Chihuahua, quien fue conocido como “El Caníbal de Chihuahua”.
A veces la realidad superara a la ficción, ya que este hombre, identificado como; Gilberto Ortega era un expolicía que se estima que habría asesinado hasta 30 niños.
Se menciona que el hombre tenía serios problemas mentales, y esto no impidió que tuviera una influyente vida profesional, llegando a ser soldado, policía y político.
Por tales crímenes fue sentenciado a 75 años de prisión, los cuales cumple actualmente en un penal de alta seguridad en Morelos.
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¿Quién era el Caníbal de Chihuahua?
Originario de General Trías, Chihuahua, Gilberto Ortega, nació en 1969. De su niñez y juventud se sabe poco, solo él mismo relató que desde los 4 años tuvo a un amigo imaginario, el cual ya en su época de adulto le ordenaba cometer los inhumanos asesinatos.
Fue a sus 21 años que, Gilberto Ortega se dio de alta como soldado raso, sirviendo durante tan solo 3 años y se dio de baja para ingresar a la Policía Municipal en Belisario Domínguez.
Más tarde, en el año 1997, ya dado de baja de la policía, Ortega inició su vida política, para participar en la campaña electoral del panista José Mario Rodríguez, candidato a diputado federal.
Durante esta campaña, Gilberto Ortega cometió el primero de sus crímenes oficiales, inclusive se piensa que esta fue la razón por la cual se unió a la campaña, para estar cerca de su víctima y ganarse su confianza.
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Inicios y detención del Caníbal de Chihuahua
Jaime, de apenas 11 años, fungía como repartidor de propagandas de este partido, y sería este pequeño quien se convertiría en la primera víctima del “Caníbal de Chihuahua”.
Gilberto contó que un día lo invitó a dar un paseo, y terminó amarrándolo de los pies a su vehículo, y de las manos y el tronco a un árbol para posteriormente arrancar y mutilar su cuerpo.
Rápidamente su hambre le hizo cometer otro asesinato, esta vez tratándose de su vecino, quien en vida se llamó Adán, a este menor lo asesinó a balazos para después arrojarlo a las faldas de un cerro.
Basándose en las investigaciones de su caso, el mismo habría admitido cometer al menos 30 homicidios de infantes acompañados de canibalismo, aunque sólo dos fueron comprobados.
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