perros se huelen la cola
Hasta fila hacen los perritos para olerse

Si tienes perritos, seguro lo has visto, has ido por la calle y de pronto se encuentran a un amigo perro en el camino. Y luego luego, se huelen la cola.

Algunas personas incluso, tratamos de impedirlo, jalas la correa de tu perrhijo para evitar que vaya con el perro de la vecina, pero a penas te des cuidas zas, ya se huelen la cola.

Bien, pues por si no lo sabías, es lo más común, una conducta natural en ellos. ¿Por qué lo hacen? Más bien la pregunta es para qué, quiero contarte que tu can tiene una nariz muy poderosa, y es por medio de ella que al olerle a otro perro el trasero, lo que hacen es recolectar un montón de información sobre el otro animal, desde lo que come hasta su género o su estado emocional.

Imagínate tu firulais, y el solovino del vecino tienen superpoderes en su naricilla. Tanto, que se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el olfato humano. Entonces cuando va con otro y lo huele está entendiendo si pueden o no ser amigos, además de creando un registro para la siguiente ocasión que se vean.

Para ser más exactos los perros se huelen el ano, que es la zona donde están situadas las glándulas anales, las cuales desprenden el olor que los caracteriza e identifica.

Los perros se reconocen entre ellos gracias a su olor, de la misma forma que cuando no se conocen, se presentan olfateándose el trasero. Por desagradable que pueda te puede parecer, para los perros es lo más natural del mundo.

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Así que ahora ya lo sabes, para los perros esta conducta es igual a saludarse, y por más sucio que a nosotros nos parezca no dejarán de hacerlo.

Un cuento infantil.

Resulta que había un país en el que los perros podían quitarse y ponerse la cola, era como usar o no la corbata o el sombrero, entonces, una vez hicieron una reunión solo para perros. Los gatos estaban muy celosos, pues nadie los invitó a tan gran evento. Cada perro iba llegando, pero por cortesía se quitaban la cola, como quitarse el sombrero o la chaqueta antes de pasar.

Un gato disfrazado de perro, se logró colar entre los canes y vio como se divertían, había pelotas, comida, bebida y muchas perritas también. Entonces, le dio tanto coraje que en el momento en que los perros tomaron una siesta, ya cansados de tanta diversión, entró al área en donde estaban las colas, y todas las revolvió, así que, cuando la superfiesta perruna terminó, los perros iban saliendo y recibiendo una cola. Pero iban tan felices que ni cuenta se dieron que les tocó la equivocada, cuenta el cuento que a partir de ello, siempre al conocerse, se miran la cola para ver si alguien no trae la suya puesta.

Por supuesto que es solo un cuento, pero es divertido imaginar que lo hagan por esto.

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