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Los extraños asesinatos en Perth no tenían patrón, usualmente las víctimas eran apuñaladas, estranguladas y disparadas, motivo por el que la Policía descartó al principio que se tratase de un asesino serial. Sin embargo, esto tenía a la población aterrorizada. Los cuerpos mostraban haber sido apuñalados con cuchillos o tijeras, también tenían huellas de hachazos y disparos de diferentes rifles.

De acuerdo a los reportes, una víctima murió tras atender la puerta de su casa, una pareja fue abatida cuando se despertó mientras Eric Cooke (el asesino) robaba la casa y dos fueron baleados mientras dormían. Una víctima fue estrangulada con el cable de una lámpara y su cadáver fue abandonado en el patio de un vecino, donde Eric violó el cadáver con una botella de whiskey vacía.

La madrugada del 27 de enero de 1963, se escucharon varios disparos en un suburbio. Cooke mató a dos personas en un carro, entre ellas un contador a quien le disparó en la cabeza. Después, John Sturkey de 18 años recibió un disparo en la cabeza mientras dormía. En una noche similar un hombre que abrió la puerta de su casa recibió también un disparo en la cabeza.

Cooke no volvió a asesinar por seis meses hasta que el patrón se volvió a repetir en agosto de 1963, cuando una estudiante de 18 años fue asesinada mientras trabajaba como niñera en el suburbio de Dalkeith. Por este asesinato fue apresado mientras intentaba recuperar un rifle en un arbusto.

Durante la investigación los oficiales encontraron un rifle calibre 22 y tras llevarlo al departamento de balística, descubrieron que el arma fue usada para matar a Shirley McLeod.

Los oficiales regresaron un rifle similar a la escena, ataron un hilo para pescar y esperaron a que su dueño lo recogiera. Después de 17 días el asesino regresó y el 1 de septiembre de 1963 se acercó a recoger el rifle. Fue cuando lo apresaron.

En la confesión de Cooke se descubrió que había asesinado a Rosemary Anderson, una joven de 19 años a quien arrolló con su vehículo mientras ella caminaba por la calle tras haber discutido con su novio. Los oficiales se sorprendieron con la memoria del asesino, quien narró a detalle los hechos.

En el juicio, el presidente del tribunal lo llamó “villano mentiroso sin escrúpulos”. La defensa dijo que sufría esquizofrenia, pero eso fue ignorado y fuesentenciado a muerte el 28 de noviembre de 1963.

Al ser encontrado culpable de ocho homicidios y 14 intentos de asesinado, Eric Cooke fue la última persona en morir en Australia Occidental el 26 de octubre de 1964. Fue enterrado en el cementerio Fremantle y sus restos permanecen sobre la tumba de Martha Rendell, homicida de niños que fue ahorcada en 1909.