Sin lugar a dudas, el estrés y la ansiedad son responsables de los problemas gástricos e intestinales en el ser humano. La vida moderna con las presiones, responsabilidades y rutinas laborales llevan a un estado emocional que lleva directamente al sufrimiento orgánico.

En la actualidad todos vivimos corriendo contra el tiempo, el día parece desaparecer rápidamente, el tiempo no alcanza, cada vez son más las responsabilidades que debemos enfrentar en todos los aspectos, ya sea laborales o familiares, y todo adquiere un peso cada vez mayor.

La ansiedad por conseguir realizar todo lo planeado durante el día y el estrés que eso provoca, puede llevar irremediablemente a una colitis nerviosa. Muchas veces se tiene repentinamente diarrea, y no se entiende el motivo: si mi alimentación es saludable, ¿por qué tengo diarrea?

Sucede que generalmente, esa diarrea inexplicable se debe a un cuadro de estrés o de ansiedad prolongada. Pero, ¿por qué el estrés causa diarrea?

Para el organismo, un estado de estrés y de ansiedad prolongada no pasa inadvertido. Someter a nuestro cuerpo a ese estado ansioso puede llevar a una colitis nerviosa que se produce como reacción a la causa. La adrenalina que produce el estado de ansiedad influye en la circulación sanguínea y en el flujo de agua en el cuerpo. Obviamente, el sistema gastrointestinal se ve afectado por esa situación, provocando la diarrea. El estrés actúa directamente sobre la digestión en el estómago, haciendo que los alimentos que se ingieren no sean procesados correctamente.

Ser ansioso lleva a tener diarrea en cualquier momento. Por ese motivo, es muy importante tener una dieta saludable y consultar con el médico sobre qué tratamiento seguir para mejorar ese estado, teniendo en cuenta que los tratamientos anti diarreicos no funcionan del mismo modo para todas las personas.

El síndrome de pánico es otra causa de la colitis nerviosa. La realidad muestra que los problemas digestivos son comunes en la gente que sufre de pánico. ¿Por qué ocurre eso?

Sucede que los ataques de pánico llevan a un estado de ansiedad tan grande, que todo el organismo reacciona para defenderse como puede. Por ese motivo, es necesario hacer unos cambios que ayudarán a mejorar el cuadro, como ejercicio físico, entretenimiento cultural y distracción y diversión.

Otro punto importante en el cuadro de pánico es la respiración: la hiperventilación lleva al estrés y a la sensación de muerte. En esos momentos es necesario el control sobre la respiración, es decir, se debe respirar más lentamente y haciendo que el aire llegue hasta el bajo abdomen en lugar del pecho, reduciendo de ese modo la hiperventilación y la sensación de peligro.

Muchas personas viven quejándose de problemas intestinales que se manifiestan como colitis o cólicos, además de gases que producen distension abdominal. Hay quienes alternan cuadros de diarrea y de prisión de vientre. Todo eso no siempre se debe al estrés o a la ansiedad, puesto que existen algunas enfermedades intestinales como el síndrome de intestino irritable.

El conocido colon irritable no es una enfermedad –por eso se lo denomina síndrome– sino un conjunto de síntomas que aparecen en el intestino, específicamente en el colon. El bolo fecal necesita las contracciones provocadas por las fibras musculares de los intestinos para avanzar. Cuando el engranaje no funciona correctamente, se producen los cuadros de diarrea y de prisión de  vientre.

Además, los principales síntomas son el dolor y las molestias causadas por los gases, responsables directos por la distensión abdominal. Por tal motivo, poder controlar el estrés es fundamental, como asimismo mantener una alimentación saludable.

¿A qué llamamos alimentación  saludable?

Por ejemplo, para disminuir gases, colitis y prisión de vientre, es aconsejable cambiar la leche de vaca y los lácteos en general, por leche de almendras. También es recomendable dejar de lado todo tipo de frituras y consumir más alimentos cocinados al vapor o en el horno.

El trigo y el centeno son productos que aumentan los gases, por lo que es mejor evitarlos. Una dieta sana incluye frutas como fresas, kiwi, mandarina, arándanos, naranjas y uvas, hortalizas como acelga, espinaca, zanahoria, calabaza, tomate y apio, carnes blancas, frutos secos como nuez y almendras, y aceite de oliva o de girasol.

Además de la alimentación, hay medicamentos que ayudan a disminuir gases y, consecuentemente, la distensión abdominal, como el QG5. Pero es muy importante que quien sufre de estrés o ansiedad, sepa diferenciar los síntomas e intente modificar sus hábitos, para disminuir todo tipo de incomodidad.