Era un domingo por la noche cuando Sara se encontraba sola en su nueva casa viendo televisión, repentinamente las luces de la casa comenzaron a encenderse y apagarse solas. La joven extrañada por lo que estaba ocurriendo puso en silencio su televisor y buscó una respuesta a lo que había acontecido. De repente, el televisor de Sara comenzó a sonar y la imagen se tornó completamente en gris.
Sara llegó a pensar que los cambios en el clima habían afectado la señal, sin embargo poco a poco fue apareciendo en la pantalla lo que parecía la silueta de una mano y el rostro de una mujer totalmente ensangrentado, la joven Sara apagó la televisión de inmediato. Para ese momento las luces comenzaron a encenderse y a apagarse nuevamente y la televisión se encendió sola, esta vez Sara vería algo realmente espantoso.
En la pantalla de la televisión Sara contempló realmente impactada cómo la imagen de una mujer con el rostro cubierto de sangre aparecía en la pantalla y miraba fijamente a Sara mientras hablaba. Sara subió el volumen de la televisión para escuchar lo que aquella imagen tan espantosa decía y escuchó las siguientes palabras: ayúdame a no morir, estoy atrapada.
Sara corrió en busca de ayuda y al tratar de salir de su casa no pudo hacerlo, volvió hacia el televisor y esta vez la mujer cubierta de sangre estaba rodeada de otras mujeres que le decían lo siguiente: morimos en tu casa. Estamos atrapadas, ayúdanos a salir.
En ese momento las luces se apagaron y solo quedó el televisor encendido, la imagen desapareció, Sara pensó que quizás la pesadilla había terminado, sin embargo, a los minutos escuchó un susurro en su oído que le dijo las palabras de condena: tú también morirás.
