chavo de 13 años

Se llama Joel, a sus 13 años vivió la pesadilla de tener COVID-19, estuvo al filo de la muerte en un hospital de Tijuana, tras varios días intubado venció.

Joel, es un chavo de secundaria, tiene 13 años y estuvo en su casa, conviviendo solamente con sus amigos y familiares más cercanos, vive en Tijuana con su papá y su hermanita de 8 años. En su casa nunca imaginaron que se podría haber contagiado.

Tres días antes, amaneció con molestias de garganta, un leve dolor de cabeza y fiebre. Al mediodía continuaron los síntomas, como si fuera una gripe común. Le pusieron algunas inyecciones y algunos medicamentos tomados para contrarrestar el malestar físico.

Un domingo Joel no se pudo levantar de la cama. “No podía hablar ni moverse. Sólo se me quedaba viendo”, según cuenta su papá.

Con la ayuda de un vecino lo subieron a un automóvil para buscar un doctor. Acudieron a varias clínicas particulares, pero en ninguna quisieron atenderle.

“Sólo en un hospital me lo recibían si pagaba por adelantado poco más de 50 mil pesos. No tenía ese dinero. Hablé con el doctor de la familia y me dijo que lo llevara al Hospital número 20 del IMSS, especializado en el coronavirus”, contó afligido.

Por la noche llegó al Hospital General Regional No. 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, en donde de inmediato fue recibido, diagnosticado e internado. Joel se encontraba muy grave.

Imagen ilustrativa IMSS nacional

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Lo recibieron en condiciones muy graves

Fue atendido por médicos internistas, neumólogos, pediatras y el equipo de enfermería del área COVID-19 del Hospital, con un pronóstico reservado.

En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) requirió ser intubado de inmediato, sus niveles de oxigenación eran muy bajos y sus pulmones estaban completamente congestionados. En ese momento y durante dos semanas fue catalogado como el paciente más grave del área.

“Yo sabía que mi hijo estaba en peligro de muerte, estaba desesperado, pero no perdimos la esperanza. La atención que tenía de los doctores y las enfermeras era excelente. Me mantuvieron todo el tiempo informado”, platicó a medios locales.

El chavito estuvo 17 días intubado, cayó en coma y requirió de varias modificaciones en su tratamiento hasta que comenzó a recuperarse.

“Fue un paciente con un escenario muy complicado, que requirió de una atención especializada adicional para sacarlo de su gravedad. Se hizo, como en todo paciente, todo lo médicamente posible. En el caso de Joel, por fortuna, su organismo y juventud finalmente respondieron positivamente” explicó el doctor César Figueroa, director del HGR No. 20.

A dos días de cumplirse un mes de su ingreso, Joel fue dado de alta. No recuerda detalle alguno de su gravedad, sólo que despertó en su cama del hospital con una mascarilla de oxígeno, suero en el brazo y prácticamente sin molestia alguna. Estuvo cinco días más en observación y regresó a su hogar.

El padre de Joel entregó una carta escrita de su puño y letra, en la que agradece la labor de médicos, enfermeras, camilleros, intendentes y todos los involucrados en la atención a su hijo. Con esto dejó de manifiesto la capacidad profesional y humana de todo el personal del Hospital General Regional No. 20 del IMSS en Tijuana.

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